domingo, 30 de marzo de 2008

Palma como destino turístico...

Nos encontramos ante un destino donde su actividad económica está ya consolidada después de unos 50 años de gran desarrollo. Es verdad, que el turismo es el “motor de la economía balear” y que la economía turística balear está saneada después de casi un decenio de buenos resultados. La competitividad es todavía elevada, el posicionamiento en el mercado es todavía de liderazgo y la accesibilidad aérea es todavía óptima para un turista de la U.E.
Sin embargo existen aspectos preocupantes con relación a las fortalezas del producto turístico balear, como la inflación del IPC y del Índice de Precios Turísticos de Baleares
La creciente competencia de “sol y playa” no europeos precisamente, el peligro del coste y de la fiscalidad crecientes en el transporte aéreo (mayores tasas aeroportuarias, aumento del precio del petróleo…).
Existen algunos retos pendientes como la pertinaz estacionalidad de los flujos turísticos y el creciente agotamiento del territorio disponible para edificar y de los recursos naturales y paisajísticos, que son pilares del atractivo turístico de Baleares, por otra parte el precio del paquete turístico que está sometido a la presión competitiva y a la negociación con unos TTOO. Cada día más transnacionales y con mayor fuerza de oligopsonio (oligopolio de la demanda).
Otro aspecto característico de Baleares es la gran dependencia de la actividad turística, debería encontrar nuevos campos de especialización económica, relacionados con el turismo (I+D turísticos) que si algo se ha hecho imprescindible, es trabajar en alternativas económicas que aseguren los altos niveles de riqueza y trabajo alcanzados gracias al turismo.
Según un informe anual de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Mallorca y las Pitiusas,” la capacidad productiva está intacta y saneada, por lo que es posible una recuperación económica tan pronto como se recuperen los anteriores niveles de turismo. Esta Cámara se ha fijado un objetivo para el período 2002-2006, (el denominado Plan Estratégico del mandato 2002-2006), el desarrollo sostenible que no consuma territorio. Esta estrategia es la prueba del cambio que se está produciendo en el modelo turístico balear, que tras casi cincuenta años de éxito sin precedentes ha llegado a un punto de consolidación y de búsqueda de nuevas vías de crecimiento, mediante la comercialización de nuevos productos de mayor calidad y menor coste medioambiental, a fin de mantener la excelente ratio “value for Money” que ha sido la clave del siglo pasado.

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